Retrato en sepia (trilogía involuntaria) Parte 2
- Noe Adorno
- 13 nov 2020
- 6 Min. de lectura
Buenas noches queridos lectores! Hoy les traigo la segunda parte de ésta trilogía de Isabel Allende que personalmente me ha encantado, sin embargo puedo decir que la segunda parte se ha transformado en mi preferida por muchas razones que hoy les voy a mencionar. Como les comenté en la primera parte de ésta saga, “Retrato en sepia” es la continuación de “Hija de la fortuna”, ambas son parte de “Trilogía involuntaria” que finaliza con “La casa de los espíritus” la cual sigue la vida de los Del Valle y los Sommers a lo largo de varias generaciones.
La segunda entrega es contada por Aurora, nieta de Eliza Sommers. En un principio pensamos que toda la historia entre Eliza y Tao se va a saltear pero ésto no sucede. Simplemente la novela tiene idas y vueltas, pero el hilo jamás se pierde, y todo cobra sentido a medida que avanzamos en la historia. De todas formas vamos a seguir la historia en orden cronológico porque para lograr éste estilo sin perdernos ya tenemos a Isabel (y porque a mi parecer, tiene más sentido dentro del propio libro).
Luego de que Eliza decidiera seguir con su vida porque se ha dado cuenta que ése hombre a quien había perseguido durante tantos años ya no significaba nada para ella (y más tarde nos damos cuenta que no era el Joaquín de Eliza) se casa con Tao y tienen dos hijos a quienes nombran Lynn (como la ex esposa fallecida de Tao) y Lucky. Ambos llevan una vida a discreción ya que no son aceptados socialmente por ser de “razas mezcladas”, sin embargo mantienen su amistad y su profundo amor durante años a base de mutuo respeto y apoyo.
Lynn, hija mayor de Eliza y Tao, era muy bella y a menudo era contratada como modelo para cuadros y fotos, pero Eliza no estaba completamente de acuerdo, por ende la acompañaba cada vez que tenía que posar para algún trabajo. En su adolescencia Lynn se enamora de Matias, hijo de Paulina del Valle quien en la entrega anterior es un personaje importante porque es la pionera de la distribución de productos frescos por barco usando toneladas de hielo para su mantenimiento y quién será clave en ésta entrega por criar a Aurora, hija de Lynn. Matias aprovecha el enamoramiento de Lynn para burlarse de su inocencia frente a sus amigos en una especie de apuesta. Luego de varias “citas”, Matias siente pena por lo que ha hecho y en un intento de compensar su mal, mantienen relaciones dejando a Lynn embarazada. Cuando Eliza y Tao van a la casa de los Del Valle a comunicar la situación, Matías no lo reconoce y decide irse de la ciudad para escapar del error cometido. Severo del Valle, sobrino de Paulina Del Valle, quien estaba muy enamorado de Lynn le propone matrimonio solamente para que su futura hija Aurora tenga un apellido y un futuro asegurado (y para que socialmente no la tilden de bastarda) pero no llevan una vida de casados porque Lynn no estaba enamorada de él. Lamentablemente Lynn fallece luego del parto por lo que Eliza y Tao se hacen cargo de la niña hasta sus 5 años. Tiempo después de que Aurora cumple su quinto año, desafortunadamente tiene que presenciar un hecho violento que cambiará su vida. Tao es atacado por un grupo de personas ya que había sido él quien había develado los secretos del burdel donde se traficaban niñas para su explotación. Recordemos que Tao dedicaba gran parte de su tiempo pagando por ellas para rescatarlas, curarlas y enviarlas a California para que tengan una vida digna, lo cual enfurecía a la dueña del burdel. Cuando gente del gobierno viene a pedir apoyo a Tao para terminar con la prostitución infantil, la información llega a la mafia china quienes se encargan de eliminar a Tao. Luego de varios días agonizando, Tao le pide a Eliza que termine con su vida porque si vivía seguramente quedaría imposibilitado para caminar y no quería vivir de esa manera sin ser una ayuda para Eliza. Luego de la muerte de Tao, Eliza entrega a Aurora al cuidado de Paulina del Valle, madre del padre biológico de Aurora, quien no duda en hacerse cargo de ella mientras Eliza dejaba Chinatown para llevar el cuerpo de su marido a China. Luego de su ida, Eliza desaparece por varios años dejándonos la incógnita de lo que está sucediendo en su vida.
La vida de Lynn continua con Paulina quien le da educación, libertades y la cuida como si fuera su propia hija. Aurora se interesa por la fotografía que es lo que marca cada fase de su vida porque la ayuda a ver la realidad de las cosas, y gracias a ellas descubre muchos hechos que habían atormentado su mente durante años. Aurora tiene un matrimonio fallido con Diego Dominguez; su matrimonio es casi forzado por Paulina, pero como Aurora estaba enamorada no presenta quejas. Sin embargo tiempo después se da cuenta que él la rechazaba todo el tiempo, sus encuentros íntimos eran sumamente desagradables para ella y su frustración crecía día a día, hasta que un día, gracias a una de las fotos espontáneas que ella le tomaba a la familia, se da cuenta que algo sucedía entre su marido y Susana, la esposa de su cuñado. Pronto los descubre haciendo el amor a escondidas en el granero de la casa donde toda la familia vivía. Diego le confiesa que ha pasado años enamorado de Susana pero que su amor no era posible y por éso tenían que vivirlo a escondidas. Aún así, Diego le propone que sigan casados pero que su relación sea como la de hermanos así a ella no le faltaba nada económicamente pero a Aurora la idea no le parecía para nada coherente. Por ende decide dejar la casa porque su abuela Paulina estaba muriendo, pero se va con el pensamiento de no volver jamás. Luego de su muerte decide quedarse con Frederick, mayordomo de toda la vida de su casa. Mientras vivió con Paulina siempre fue el mayordomo fiel y discreto pero tiempo después deciden casarse simplemente por el profundo cariño que habían desarrollado a lo largo de los años y la protección que Frederick les había dado durante toda la vida.
En el último tramo de la historia, Aurora se enamora del doctor de la familia a quien había conocido durante años pero reconoce sus sentimientos luego de liberarse de su miserable vida. Aurora decide seguir su vida a su manera, viviendo con Frederick, llevando un amor tranquilo y sano con el médico y entendiendo que cada persona en su vida la había marcado de distintas formas y la habían formado como persona y como mujer. Aurora finaliza diciendo que ella había producido distintos tipos de trabajos fotográficos que habían representado cada etapa de su vida, pero creía que la mejor representación de su vida era como la de un retrato en sepia.
Sin dudas cuando llegué al final de la novela sentí una gran satisfacción. “Retrato en sepia” está muy bien organizado, cada etapa de la historia está perfectamente
desarrollada y cuando se piensa que quedaron cabos sin atar, nuevos detalles y explicaciones surgen para cerrar la historia de un modo completo y poético. Es
entretenida, por momentos divertida, triste, alegre, profunda, toca temas del feminismo y de las privaciones de las mujeres en una época difícil donde se dificultaba llevar una vida sin la compañía de un hombre, realizando actividades que no se consideraban correctas para una mujer o teniendo la idea de sobrevivir trabajando sin la ayuda de nadie. La historia va y viene todo el tiempo pero nunca
se pierde el hilo y cada nuevo pasaje justifica lo anterior o lo que prosigue.
Cuando parece que está por terminar, trae nuevos recuerdos desde el principio y justifica cada parte sin dejar al lector con dudas. Me encantó el final que es lo justo y necesario. Es el final para Aurora del Valle, mujer que nunca quiso ser lo que eran las mujeres de la época y siguió su propio camino sin importar lo que digan los demás. Una vida tranquila lejos de todo lo que la ha lastimado
y consciente de quienes formaron parte en cada momento de su vida.
Hasta la próxima!

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