¿Qué me sucede con Steel? Hoy analizamos "La mansión"
- Noe Adorno
- 12 ene 2021
- 11 Min. de lectura

Buenas tardes buhitos!
Primero y antes que nada quiero desearles un muy feliz comienzo de año! Hoy les traigo el primer artículo del año! Hemos estado medio inactivos en el blog pero super super activos en nuestro Instagram @elbuholiterario. Abrimos sección nueva de “mini-reseñas” y estuvimos haciendo unos “Booktags” muy lindos y muy divertidos de realizar. Agradezco a mis colegas blogueros y bookstagrammers que me tienen en cuenta para realizar estos posteos preciosos donde se ponen en juego la creatividad y los conocimientos previos sobre libros.
Como les conté hace unos días en las historias de Instagram (y también se los vengo prometiendo) empecé el año con dos lecturas muy distintas: “La mansión” de Danielle Steel (que les dejé un pequeño adelanto en mi feed) y “Pelirroja” de Barbara Larriva (que también les dejé la “mini-reseña” en mi feed). “La mansión” es una novela dividida en tres partes que abarca 653 páginas y “Pelirroja” fue una “lectura de descanso” con un poco más de 100 páginas. Pero como ya saben, cada vez que leo a Steel, seguramente termino acá haciendo un gran descargo. Les repito, como les conté en aquel hilo de historias en Instagram, me encantan las historias de Steel, suelen ser emotivas, me despiertan sentimientos de impotencia y rabia frente a algunas situaciones planteadas, casi siempre agrega personajes insolentes y caprichosos que me dan ganas de confrontarlos personalmente, pero sigo renegando con algunos de sus recursos literarios. Por ejemplo, el gran desarrollo y la innecesaria extensión de la primera parte en muchas de sus novelas. Se ahonda en muchas cuestiones que no lo necesitan, y se le quita prioridad al último tramo de la novela, y sobre todo al final, que es la parte donde más atentos estamos. Siempre me da la sensación de que se intenta cerrar la historia rápido porque ya se extendió demasiado. Por otro lado, me molesta la forma en la que se plantean ciertas ideologías. No dejo de pensar en que muchas de las historias que estamos tratando este último tiempo están escritas en los años 80, época en la que muchos temas controversiales eran tabú y no se consideraban machistas, pero creo que de todas formas hay errores que no deberían ser planteados de cierta forma. Voy a ponerlos en contexto para que entiendan a qué me refiero.
La primera parte nos presenta a Jeremiah, un hombre adinerado que posee unas minas de mercurio lo que lo hace vivir económicamente cómodo y sin preocupaciones. Su vida está dedicada al trabajo aunque gran parte de su fortuna se deba a la herencia de su padre. En su juventud había tenido un amor muy fuerte con Jennie, a quien le hace construir una gran mansión para que ellos y sus hijos vivan el resto de su vida. Pero sus planes se ven afectados por una gran epidemia que afecta a Jennie quitándole la vida en tan solo tres días. Jeremiah cae en una profunda depresión y pasa mucho tiempo sin comprometerse realmente con alguien. Durante siete años tiene una relación con Mary Ellen quien ya tiene hijos y no quiere casarse ni tener más hijos, pues sus embarazos habían sido muy riesgosos y su médico le había advertido que otro embarazo podría matarla. Por eso nunca accede a los pedidos de Jeremiah por iniciar un matrimonio juntos.
Durante un viaje de negocios, Jeremiah conoce a Camille. Una adolescente consentida y superficial que se enamora de él a pesar de sus más de 20 años de diferencia. Luego de varios meses, deciden casarse, y Jeremiah le hace construir una gran mansión sin igual donde todos puedan vivir. Al poco tiempo, es evidente que Camille está interesada en su vida de mujer y esposa adinerada. Ella ama ser parte de fiestas y vivir en libertad, sin entender cuáles eran los verdaderos intereses de Jeremiah. Éste quería casi con urgencia tener hijos debido a su edad e ignoraba los planteos de Camille la cual no quería tener hijos al menos en ése momento porque no quería desperdiciar su juventud y también por el propio miedo a parir (ella le comentaba casos de mujeres que sufrían mucho y que morían en el parto). Jeremiah no presta atención pensando que era un sentimiento pasajero, pero al pasar los meses se da cuenta que su esposa no queda embarazada. Cuando ya empezaba a sentirse sumamente frustrado, su ama de llaves, Hanna (quien había sido su empleada por muchísimos años antes de que éste conociera a Camille y la odiaba) encuentra en el baño privado de Camille unos anillos anticonceptivos. Ella se los muestra a Jeremiah quien consulta con un médico para ver para qué servían. Cuando se da cuenta que Camille estaba evitando los embarazos, en un arrebato de furia, Jeremiah obliga a Camille a tener relaciones cuando ésta no estaba usando nada. Al poco tiempo, Camille se da cuenta que está embarazada, y cae en una profunda depresión. Cuando su hija Sabrina nace, Camille no quiere saber nada con ser su madre o ser parte de ésa familia. Jeremiah le había provocado un trauma irreparable, y poco tiempo después, Camille decide emanciparse. Ante las súplicas de Jeremiah, Camille no cede y decide desaparecer con un amante que técnicamente la transformaría en duquesa. A partir de aquí no vamos a saber más nada de Camille, al menos por ahora. Jeremiah decide comunicarle a todo el mundo que su esposa había fallecido para “evitar la vergüenza de haber sido abandonado”. Inclusive, su hija Sabrina crece creyendo que su madre había fallecido cuando ella era muy pequeña.
Aquí es donde comienzan mis primeras oleadas de indignación. De ahora en más, Jeremiah es descrito como el “pobre padre que tiene que criar a su hija solo”, y que “la descarada e indecente de su esposa” lo había abandonado. A ver, paremos un poco a analizar la situación. Yo no justifico la personalidad de Camille, ella era caprichosa, superficial, y desde un primer momento, más allá de que está enamorada de Jeremiah, parece que su amor por el dinero es más fuerte. Ahora bien, creo que es injustificable lo que Jeremiah decide hacerle para concebir un hijo. Ya de entrada nos damos cuenta de que hay un error de comunicación. Camille le plantea varias veces que no quiere ser madre joven, y Jeremiah no hace otra cosa que hablar de tener hijos. ¿Acaso acá como pareja no se pusieron a pensar en el desacuerdo? Ambos decidieron ignorar la postura del otro y la bola de nieve empezó a crecer. Desapruebo la actitud de Jeremiah de ver a su esposa como la contenedora de su hijo (claramente la ve como su camino a ser padre y la usa para ese propósito), y desapruebo la actitud de Camille por hacer indirectas débiles y despreocupadas sobre su postura en vez de dejar las cosas en claro desde el principio. Cada uno actúa por su lado, Camille usa anillos anticonceptivos y Jeremiah piensa que algo malo sucede que después de varios meses ella no puede quedar embarazada. Cuando se entera de todo pierde la cabeza y ¿Qué hace? la viola. Entonces digo, ¿Dónde quedó todo el amor y la comprensión que le prestó desde el principio? Es como si otro hombre estuviera poseyendo al Jeremiah que nos presentaron al principio. Además, no entiende (o quizás no quiere entender) el período de depresión de Camille y tampoco entiende por qué quiere irse. Ella le explica que no era la vida que quería ni tampoco las cosas habían sucedido del modo que deseaba (¡lo cual es totalmente lógico!) Él la había tratado brutalmente y parece mentira, pero ¡él no lo ve! Estaba tan concentrado en tener un hijo que ni siquiera entendía la gravedad del asunto. Todo esto es motivo más que suficiente para que Camille no quiera ser parte de la familia, aún así, cuando ella decide irse, él la ve como la despiadada sin corazón que abandonó a su familia. Cínico es poco, y su cobardía se agranda aún más cuando decide hacer pasar a Camille por muerta para no tener que soportar los comentarios de la gente. Para mi, a partir de este punto, Jeremiah pasa a ser el malvado, el villano de la novela.
Hay muchos otros detalles que también me hicieron ruido pero no me voy a detener en cada uno de ellos porque no nos olvidemos que el libro está dividido en tres generaciones así que vamos a lo que sigue. La primera parte cierra con la muerte de Jeremiah dejando a Sabrina a punto de cumplir los 18 años a cargo de sus minas de mercurio y frente a todo un grupo de trabajadores que no quiere ser liderado por una mujer y menos por una adolescente.
Durante la segunda parte del libro, Jeremiah queda plasmado como “un santo”, sobre todo por su propia hija que nada sabe del pasado de su padre, pero al menos con ella había sido una buena persona. Aquí aparece la primera amenaza directa: Dan, la mano derecha de Jeremiah quien en su mente tenía pensado hacerse cargo de las minas cuando Jeremiah muera. Durante 20 años es su fiel servidor pero sus intenciones más fuertes eran ocupar un lugar importante en el negocio. El problema es que no cuenta con la presencia de Sabrina, quien sin dudarlo se hace cargo de todo el negocio asumiendo el papel de su padre. Dan enloquece e intenta violarla en dos ocasiones, sin embargo, Sabrina se endurece a lo largo de los años y aprende a defenderse y a cuidarse de los hombres que intentaban propasarse con ella, pero no puede escapar de la última oportunidad cuando la agarra desprevenida y la violenta al punto de casi matarla, pero Luna de primavera, ex pareja de su marido John, oportunamente aparece para matar a Dan y salvarla de ser violada y asesinada. Luego de este episodio, la novela atraviesa un período de tranquilidad que se enfoca en la felicidad de Sabrina. Ella está casada con John, el hombre que durante mucho tiempo fue la competencia de su padre porque también es dueño de un negocio minero. En un principio, debido también a la diferencia de edad entre ellos (Sabrina tenía 21 y Harte 49), supuse que John Harte aparecía para representar el papel paternal que le faltaba a Sabrina, pero me desconcertó nuevamente que lo que proponía la historia era crear una historia de amor entre ellos. Habiendo demostrado una relación fallida entre sus padres, creí que no se volvería a cometer el mismo error. De todas formas la relación demostró ser satisfactoria. En el capítulo 26 la historia se reactiva: un gran incendio ocurre en las minas de Sabrina, ella estando embarazada, quiere ir a ayudar pero su esposo le ordena que se quede porque era sumamente peligroso. Luego de 24 horas sin noticias, Sabrina decide ir a las minas a ayudar, pero eso provoca la pérdida de su bebé. Dos años más tarde vuelve a quedar embarazada y el día que estalla la primera guerra mundial tiene a su hijo Jonathan, el siguiente villano de la novela. Su esposo pronto fallece en un descarrilamiento de tren y Sabrina queda viuda y a cargo de su hijo pequeño. Años más tarde se muestra a Jonathan muy resentido debido a que su madre trabaja mucho. Se pasa la vida recriminando su ausencia y pidiendo dinero, autos y viajes a modo de capricho, jamás se puso en el lugar de su madre y le da a Sabrina puros dolores de cabeza. Lo peor llega en la crisis económica del 29’ que obliga a Sabrina a vender sus minas y la casa donde vivía con su esposo. Ella opta por ocultarle a su hijo que estaban en aprietos, solo les quedaba la gran mansión Thurston y los olvidados viñedos. Jonathan parece estar externo a toda la situación y no para de maltratar a su madre y de hacer pedidos millonarios constantemente (podemos pensar que se ve mucho de su abuela Camille en Jonathan). En esta parte, les confieso, me exacerba la paciencia de Sabrina que no atina a poner a Jonathan en su lugar. Ella permite que le hable como él quiera, y trata de tapar los problemas con dinero alegando que después de todo sigue siendo su hijo.
Durante la última parte del libro, Jonathan entra en la universidad y Sabrina consigue por fin un poco de paz. Aquí nos encontramos con el personaje de André, un francés que llega de Europa a raíz de la guerra para iniciar nuevos negocios en Estados Unidos. Su propósito es comprarle a Sabrina sus viñedos, pero automáticamente se da cuenta del amor que tiene Sabrina por sus viñedos y de su sueño por dedicar el resto de su vida a ellos, por ende le propone rentárselos y ser socios. Pronto realizan más negocios juntos y ambos salen ganando. Con el tiempo, Sabrina y André se enamoran y comienzan una relación. Antoine, el hijo de André, adopta a Sabrina como su madre, y los tres son muy felices, excepto por la presencia de Jonathan quien trataba con desdén a su nuevo padrastro y hermanastro.
El último gran drama se presenta cuando Sabrina queda embarazada a sus casi 49 años. En medio de un ataque de histeria, le da culpa no estar casada con André y asume que él no querría tomarse ese compromiso a esta altura de la vida. Como si fuera poco, su edad la atormenta y más pensar en la reacción de André si éste se enterara. Por lo tanto toma la decisión de practicarse un aborto. André se da cuenta que Sabrina actuaba de forma extraña y decide seguirla y logra evitar que el evento suceda. Luego de una larga conversación, André le confiesa que él pensaba pedirle matrimonio y que estaría encantado de ser padre, sólo le hubiera encantado que ella confíe en él y le cuente todo antes de pensar en abortarlo. Ella le dice que deseaba al bebé pero que tenía miedo de ser rechazada por él, a lo que André la tranquiliza proponiéndole una vida juntos. Antoine acepta feliz a su futuro hermano o hermana, pero Jonathan lo desprecia. Meses después nace Dominic y viven todos juntos como una familia feliz. Sin embargo, Jonathan sigue dando problemas porque se pone en pareja con una buena chica cuyos padre trabajaba en un banco, y solamente decide casarse con ella para usarla y asegurarse su futuro. La situación empeora cuando Sabrina se da cuenta de que su hijastro Antoine está enamorado de su cuñada desde mucho antes que Jon decida casarse con ella. Aún así decide hacerse a un costado, y cuando la guerra estalla en Francia, Antoine, el cual era muy nacionalista, se enlista en el ejército y se va a pelear a la guerra, pero antes de partir, le predice a Sabrina que la relación de su hermanastro no duraría mucho. La situación se hace insostenible cuando Sabrina se da cuenta que su nuera sufría mucho en la relación con su hijo. Jon, en una noche de borrachera, se enlista en el ejército. Tiempo después nos enteramos de que Jon no sobrevive a la guerra. Aquí nos damos cuenta de que su papel no aporta más que impotencia, pues en su vida no ha hecho nada positivo para pasar a ser alguien importante en la familia. Causa rabia el hecho de que haya recibido cuanto quiso aunque no lo merecía. Fue superficial, caprichoso y oportunista, pero de algún modo justifica un poco la existencia de su abuela Camille, quien aparece ya de anciana para contactarse con su nieto, y ponerlo en contra de Sabrina contándole una parte de la verdad que el padre de Sabrina nunca le había dicho. Camille, que ya no tiene a nadie en la vida, desea usar su título de esposa de Jeremiah para quitarle la mansión a Sabrina complotándose con Jonathan, pero a través de un juicio, Sabrina gana y Camille vuelve a desaparecer.
Cuando Jon muere en la guerra, la nuera de Sabrina se siente “liberada” de la prisión que era su matrimonio y entiende sus sentimientos por Antoine y el accionar de él. Antoine hace visitas periódicas y nos deja la pauta de que en un futuro quizás estén juntos.
Para cerrar, admito que muchos pasajes se me hicieron pesados y difíciles de seguir. Sobre todo por la redundancia de algunas ideas, como por ejemplo la constante comparación entre el lujo de la mansión Thurston y la idea de felicidad que tenía Jeremiah, fundamentando que ese lugar era el destino de sus futuros hijos. Esta idea se repite durante toda la primera parte del libro y a veces resulta molesto que se utilice tanto el recurso de repetición porque no se entiende si es no intencional o sarcástico, para dejar una pista de que el futuro no se va a dar de esa forma. Aún así tiene muchas partes entretenidas y este tipo de novelas me da para hilar por demás porque se presentan muchos aspectos para analizar.
Buhitos, espero haberlos entretenido un rato, como siempre los leo y nos seguimos por nuestro Instagram como todos los días. Hoy mismo comencé con una saga de libros no tan conocidos y más cortos que quizás me lleve el resto de enero, así que pueden seguir las mini-reseñas y las recomendaciones por mi feed de Instagram.
También quiero darles la bienvenida a los nuevos buhitos de nuestra comunidad, cada día somos más y eso me pone super feliz.
¡Que tengan buena noche!
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