"La tregua" de Mario Benedetti. Análisis: ¿Qué diferencias encontramos entre el libro y la película?
- Noe Adorno
- 28 dic 2020
- 9 Min. de lectura

¡Buenas tardes lectores!
Espero que hayan tenido una hermosa navidad y que esta víspera de año nuevo esté llena de amor y tranquilidad. Como habrán visto recientemente en nuestro Instagram @elbuholiterario, he subido una pequeña reseña sobre el libro “La tregua” de Mario Benedetti publicado en el año 1960 y adaptado al cine en el año 1974. He recibido mensajes preciosos y reflexiones muy lindas de muchos de ustedes sobre el libro, y también me llegaron mensajes de lectores que habiendo leído el libro tienen dudas sobre la película, y muchos otros que primero vieron la película pero que aún no han leído el libro. Así que decidí mirar la película luego de haber terminado el libro (en contra de mis costumbres porque como ya saben, me enerva cuando arruinan un libro con su adaptación en el cine, y pocas veces me he sentido satisfecha). Debo decirles que me he sorprendido muchísimo, me encontré con actores excelentes como Luis Brandoni, Hector Alterio, Ana María Picchio, Oscar Martínez, Norma Aleandro, entre otros, que han personificado a cada elemento de la novela de forma brillante, cumpliendo con la imagen que el libro brinda de ellos. Desde ya se las super recomiendo.
“La tregua” de Mario Benedetti cuenta en primera persona en forma de diario íntimo la vida de un hombre llamado Martín Santomé que ha perdido a su esposa luego de tener 3 hijos a la corta edad de 28 años. Su vida se transforma en un pesar miserable y Santomé resume su vida a una simple rutina conformada por su vida cotidiana con sus hijos y su trabajo en la oficina . Evidentemente sus hijos han crecido con cierto resentimiento que lo vuelcan en su padre y a medida que pasa el tiempo y ellos se hacen adultos, la relación se vuelve cada vez más tensa e insostenible. Por ende no puede contar con el apoyo de sus hijos, además, su poca demostración afectiva tampoco es bien recibida. A sus casi 50 años espera con ansias su jubilación pero faltando unos meses para finalizar su período laboral, la joven Laura Avellaneda de tan solo 24 años aparece en su vida para estar bajo su mando en la oficina donde él trabaja. Con el tiempo le es inevitable ocultar sus sentimientos por ella así que progresivamente le demuestra su amor para no asustarla. Avellaneda, como él la llama durante toda la historia, acepta y finalmente inician una relación y se mudan a un departamento juntos. Pronto tendrán que ocultar su relación ante sus compañeros de trabajo y los hijos de él que intuyen que algo sucede con su padre que lo ha cambiado para bien.
Ahora bien, podemos decir que la película es muy fiel al libro, que cumple con la idealización que el lector se hace del personaje y que más allá de que al principio de la película nos enteramos de que es una adaptación libre, creo que la visión del director es muy parecida a la que nosotros como lector podríamos tener. En mi caso pienso que algunos de los personajes fueron “suavizados” en la película. En el libro podemos ver que sus hijos son muy duros con su padre, tienen un claro resentimiento difícil de manejar, sobre todo Esteban, quien dirige una especie de odio contra su padre tan solo actuando con indiferencia o haciendo comentarios hirientes que por lo general terminan en discusiones. Jaime, por otro lado, está enojado con la sociedad en general porque no puede vivir su elección sexual con libertad. No le gusta pensar que su padre podría verlo como un “enfermo” ya que constantemente usa despectivamente la palabra “marica” para referirse a las personas homosexuales. Por ende en el libro siempre lo vemos ausente, en su propio mundo, saliendo con sus amigos y tratando de no dedicar tiempo en explicaciones. Por último Blanca, es la única que parece entender a su padre, siempre pone paños fríos a la situación tratando de evitar las discusiones que por lo general se desatan en la mesa, no porque Santomé las inicie, él está más allá de eso, si no porque sus hijos viven a la defensiva, preparados para lanzar una bomba cuando las circunstancias sean propicias para ello. Sin embargo, la película nos muestra tres personajes no tan difíciles de llevar, Esteban está muy bien interpretado por un Luis Brandoni muy joven, siempre metido en su periódico con pocas ganas de soltar alguna que otra palabra hacia sus hermanos o su padre, y si lo hace, es para criticarlos. De todas formas, más tarde nos daremos cuenta que su resentimiento y su dolor por la pérdida de su madre son los responsables de su actitud la cual es tan difícil de llevar. Durante una cena entre Santomé y sus tres hijos, Santomé comenta que se había encontrado en la calle con un viejo amigo que recordaba a su esposa, Blanca pregunta si se acordaba de la madre porque ni Blanca ni Jaime tenían muchos recuerdos ya que eran muy pequeños cuando su madre había fallecido, ante estos comentarios, Esteban remarca que él sí se acordaba de su madre, usando un tono seco y triste. Jaime es un poco más “amigable” en la película, y más abierto con su familia, claramente se ve su dolor por no poder contar con ellos, pero aún así siente cariño y trata de vivir en paz. En el libro, Jaime no puede con estos sentimientos y decide dejar una carta a su padre explicándole la razón de su ida. Podemos ver un Jaime muy enojado con su padre, donde no vemos posibilidad de que haya algún tipo de conversación para una posible reconciliación. En la película, Jaime no deja una carta, simplemente tiene una conversación con Santomé muy emotiva, donde resalta el amor de padre a hijo antes que nada y la comprensión de Santomé hacia él. Aún así Jaime deja su casa y se va a vivir a una pensión. Pronto, uno de sus amigos acude a la casa de Santomé para buscar unas cosas que Jaime había olvidado. Santomé automáticamente saca conclusiones sobre la apariencia del amigo de Jaime y piensa que podría ser su pareja. Él intenta hacerle un planteo pero el amigo de Jaime, muy respetuosamente le comenta que las personas no eran mejores ni peores por tener una orientación sexual distinta a la de él. Se enfatiza que no existe una sola orientación. Se habla de respeto, de identidad, de aceptación y tolerancia. Vemos a un Santomé confundido que comenta: “yo no entiendo nada de esas cosas” y dolido porque antes que sus prejuicios, está el amor por su hijo.
En el libro, podemos ver a un Santomé intentando tener cierta autoridad frente a sus hijos, pero ellos remarcan el hecho de que no hay caso con que lo haga ya que ellos han crecido y hacerlo a esta altura de la vida, no tiene sentido. En la película no vemos momentos donde Santomé enloquezca por “actuar como un padre debería de actuar” según la época, lo vemos bastante rendido ante la vida, resignado, sin mucho más para dar, inclusive con sus propios hijos, quienes no esperan nada nuevo de él, y temen pasar una vida repetitiva, sin emociones, como lo ha hecho su padre. Podemos ver estos miedos especialmente en Esteban y Blanca, quienes se muestran aterrorizados ante la idea de que la vida siempre ocurra de la misma forma y que nunca suceda nada nuevo. La misma Blanca de la película le plantea a su padre su miedo a ser como él mientras lo abraza, en un intento de provocar un cambio en su mentalidad. En el libro, Blanca está sumamente angustiada y se siente aislada con este pensamiento. Cuando su padre le pregunta por qué está tan callada, ella rompe en llanto mostrando de forma más dramática su miedo a vivir siempre igual. En la película vemos a una Blanca más relajada y dulce, mientras que en el libro vemos a una Blanca más ausente y triste.
Por otro lado tenemos la relación entre Santomé y Laura, en ambas versiones noté diferencias sutiles pero eso no quita la belleza de cada estilo impuesto. Aclaro que les voy a comentar mi sensación en cuanto al libro la cual es muy subjetiva. En el momento en que la relación está comenzando, siempre vi a Laura indecisa, nunca queda claro por qué parece que avanza a ciegas, es casi como si no quedara otra opción. Lo mismo me sucede en el episodio en que Santomé le confiesa que ha alquilado un departamento para los dos, Laura alega que no ha sido consultada, pero aún así acepta vivir con él. Por ende siempre me da la sensación de que acepta estar con él porque quizás, está un poco sola en la vida, y Santomé avanza porque él no tiene tiempo que perder, porque para él, su vida va demasiado rápido y no le queda tanto tiempo como antes. Éstas dudas se despejan cuando veo la película. El director muestra su visión y elimina dudas mostrando los pesares de Laura. Ella tiene problemas con la diferencia de edad entre ellos, que aclaremos, no es un obstáculo para estar juntos para ninguno de los dos, su angustia se refleja en un pensamiento que le pesa. Ella no entiende cómo es que Santomé estuvo tantos años sin ella, y ella haya nacido tanto tiempo después. Su deseo es que la vida los haya emparejado en otras circunstancias, en otro tiempo, y con edades más similares. Ella siente que se ha perdido mucho de él, y al mismo tiempo, mucho de lo que ella siente ahora estando a su lado. Aquí vemos una relación más natural; este período de amor, respeto y compañerismo nos lleva al título, la tregua que la vida le da a Santomé después de tantos años de sufrimiento.
Hay un episodio que me parece hermoso que está descrito igual tanto en el libro como en la película. Santomé y Laura corren bajo la lluvia tratando de llegar a su departamento, cuando llegan, Santomé seca a Laura y la envuelve en una toalla (aunque en el libro la envuelve con una frazada). Laura se acerca a la ventana empapada, y mira la lluvia caer. En ese momento Santomé la mira y entiende que la felicidad está en los detalles más cotidianos. En la película el momento es breve y se representa mediante el abrazo y las expresiones de ambos. En el libro creo que el fragmento lo dice todo y me parece vital dejárselos a continuación:
“Se había levantado, así, envuelta en la frazada, y estaba junto a la ventana, mirando llover. Me acerqué, yo también miré cómo llovía, no dijimos nada por un rato. De pronto tuve conciencia de que ese momento, de que esa rebanada de cotidianidad, era el grado máximo de bienestar, era la Dicha. Nunca había sido tan plenamente feliz como en ese momento(...) Realmente, parecía que se había detenido a cerciorarse de que seguía lloviendo. Nos miramos a un tiempo y soltamos la risa. Me figuré que el hechizo se había roto, que la famosa cumbre había pasado… Pero ella estaba conmigo, podía sentirla, palparla, besarla. (...)”
Podría hablar de otros detalles como el papel de Antonio Gasalla como Santini (el cual es brillante), de la representación de Vignale (la cual está perfectamente ilustrada en base a la descripción del personaje en el libro), de cómo actúa el entorno de Santomé frente a su enamoramiento, o del papel del jefe de Santomé, pero me parecen detalles menores frente a todos los aspectos que les comenté anteriormente. Creo, en todo caso, podemos charlarlo en @elbuholiterario, pero creo que los puntos más fuertes son la vida de Santomé y el parate que hizo su vida frente a un nuevo amor. Lamento comentarles, y les digo que paren de leer en este momento si es que aún no han leído el libro o visto la película (spoiler alert), que Laura no sobrevive al final de la película y que la tregua es eso, solo un pequeño respiro en la vida de Martín Santomé. Laura sufre una especie de gripe fuerte que deriva en un fallo de su corazón. En el libro, (que recordemos que está escrito en forma de diario íntimo) se lee “Dios mio. Dios mío. Dios mio. Dios mio.” Cuatro meses más tarde Santomé vuelve a escribir para contar el episodio trágico de la muerte de Laura y como con ella, se va el poco sentido que tenía su vida. En la película Santomé atiende el teléfono y al escuchar la noticia insulta al tío de Laura quien había llamado para comunicar la triste noticia, y entra en un estado de shock del que le lleva un tiempo salir. La película termina con Santomé recogiendo las cosas de Laura del departamento y recibiendo a Esteban quien alega estar muy preocupado por él. Santomé se apoya en la pared y en un primer plano lo vemos llorar sin consuelo. Quizás en el libro encontramos los pensamientos que se encuentran detrás de ésas lágrimas:
“Martes 25 de febrero
A partir del primero de marzo, no llevaré más esta libreta. El mundo ha perdido su interés. No seré yo quien registre ese hecho. Hay un solo tema del que podría escribir. Pero no quiero.
Miércoles 26 de febrero
Cómo la necesito. Dios había sido mi más importante carencia. Pero a ella la necesito más que a Dios.
(...)
Viernes 28 de febrero
(...) Los cajones quedaron vacíos. En uno de ellos encontré un carnet de Avellaneda. Ella lo había dejado para que registráramos el número en su ficha personal. Me lo puse en el bolsillo y aquí está. La foto debe tener unos cinco años, pero hace cuatro meses ella era más linda. Otra cosa ha quedado en claro y es que la madre está en un error: yo no me siento feliz de sentirme desgraciado. Me siento simplemente desgraciado. Se acabó la oficina. Desde mañana y hasta el día de mi muerte, el tiempo estará a mis órdenes. Después de tanta espera, esto es el ocio. ¿ Qué haré con él?”
Lectores, espero que les guste y les sirva, como siempre los leo, espero sus reflexiones y sus opiniones. Les dejo acá abajo el link de la película por si gustan mirarla y también se los dejo en el post de este artículo para que lo encuentren más fácil. Estamos siempre conectados en nuestro Insta @elbuholiterario donde hacemos reseñas cortitas, les muestro mis paseos semanales por la librería, mis libros nuevos, mi biblioteca, y les dejo recomendaciones y encuestas. Que tengan un muy buen año acompañados de seres queridos, siempre cuidándonos y como siempre seguiremos leyéndonos y compartiendo esta pasión por la lectura que tanto nos une el año entrante.
Para ver la peli:
Felices fiestas!
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