FEMINISMO Parte 2, hablamos de "Senderos" de Liv Ullmann
- Noe Adorno
- 10 dic 2020
- 4 Min. de lectura
Buenas tardes lectores!
Esta semana hemos estado muy ocupados actualizando la página (¡tenemos buhito navideño eh!), adquiriendo material nuevo para próximos artículos, visitando ferias del libro, charlando con ustedes a través de nuestro Instagram @elbuholiterario y tratando de mantener un poco la creatividad a pesar de este verano que ya se ha hecho presente y nos adormece un poco a la hora de escribir. Quisiera agradecerles por la respuesta positiva del artículo sobre feminismo, hemos recibido muchos mensajes preciosos en nuestro Instagram y muchos pedidos para una segunda parte, así que hoy les traigo un pequeño análisis de un libro que he leído estos días que casualmente habla bastante del papel de la mujer en los años 70’. Esta semana tenemos una serie de artículos de fin de año que sé que les va a gustar y los va a hacer reflexionar mucho.
Como les mencioné, estuve leyendo un libro autobiográfico que se llama “Senderos” de la actriz, escritora y cineasta Liv Ullmann, que habla muchísimo sobre su vida como celebridad y su intento por mantener un equilibrio entre su trabajo, las entrevistas, las filmaciones y los ensayos con su rol como madre. Este título me sirvió para hablar de dos temas muy distintos, el primero es el paso del tiempo que lo hablaremos en el próximo artículo, el otro es el rol de la mujer hace unas décadas, lo cual analizaremos hoy. Este libro fue publicado entre los años 1976 y 1977 por ende se nos presenta un extenso panorama de cómo eran tratadas las mujeres en ese entonces, inclusive las mismas actrices que según Liv, recibían una paga mucho menor que los hombres actores con la justificación de que los hombres ganaban más porque tenían que mantener a una familia, pero Liv estaba separada y era ella quien mantenía su casa y su niña pequeña, pero de todas formas quedaba fuera de la categoría de “persona que mantiene a su familia” por el solo hecho de ser mujer. La mujer era culpada por querer trabajar ya que se consideraba que no prestaba atención a sus responsabilidades como madre, y al hombre no se lo juzgaba ya que su rol era trabajar y la crianza de los niños era un rol atribuido a las mujeres. No se aceptaba que una mujer tenga “días libres” ni tampoco que una mujer haga algo por sí misma, por lo general ni siquiera podía reclamar horas de sueño porque ésa era su responsabilidad y ni siquiera se consideraba un trabajo pesado.
Liv cuenta que en la sociedad de ese entonces, una mujer no era reconocida por su persona en sí, si no por ser la esposa de alguien. Ella empieza a rechazar invitaciones a fiestas por un lado para ser reconocida como un individuo que no depende de nadie, y por otro lado para recalcar que estaba sola y que eso llevaba a ciertas limitaciones en la época en la que si no tenías marido, no eras nadie. ¿Se dan cuenta que ni siquiera se reconocía a las mujeres por su nombre? Recuerden que hasta no hace mucho tiempo, las mujeres se casaban y recibían el apellido del marido, automáticamente pasaban a ser María Fulanita DE Pérez, y cuando enviudaban se las llamaba María Fulanita VIUDA DE Pérez. Ni muertos dejaban de ejercer dominio. Les cito un fragmento de “Senderos” que me pareció ideal para hablar de dos temas que me quedaron colgados en el artículo anterior:
“Aprendí una cosa: Que el marido es una especie de coartada para la mujer. A pesar de lo que pueda parecer entre bastidores. Puede que él sea gordo y tonto y viejo, pero, pese a ello, puede condenar y rechazar el cuerpo fofo y la menopausia de su mujer, y esperar comprensión y simpatía si la cambia por una más joven. Esto es válido tanto como en la vida profesional como en la vida privada.”
Como les dije, dos cosas, primero: ¿Qué tienen los hombres mayores con buscar mujeres de 20 años? Acaso no saben que ellos también envejecen y sus cuerpos pasan por el mismo proceso que el de las mujeres? Acá podemos ver que el ego de algunos es tan grande que no piensan en el daño inmenso que provocan a las mujeres que los han soportado y los han querido como son durante tantos años. Me entristece la frase “la dejó por una más jóven” porque el paso del tiempo es inevitable por ende el envejecimiento es imposible de frenar, ni siquiera es nuestra culpa envejecer y sin embargo se nos critica igual. Se puede pensar que quizás buscan la emoción que solían encontrar en su juventud, pero la compañía y el cariño de una persona que los quiso en los mejores y peores momentos no se reemplaza con nada. Segundo, me molesta soberanamente los “chistes” que sigo viendo por las redes de hombres que humillan a sus esposas o parejas como si fuera gracioso mostrar que tan inútil, gorda, malhumorada o insatisfecha sexualmente está. Si les molesta y les desagrada tanto la persona que están humillando, ¿Por qué no se separan? Pero claro, la vida es más fácil de esa forma. Les dejo algunos a continuación:
Otro detalle importante en éste tipo de “chistes” es que las esposas por lo general están dibujadas con facciones exageradas, mal maquilladas, malhumoradas con expresión mandona y con ropa colorida, la imagen que se da es la de un payaso con mala actitud que tiene que ser humillado, eliminado, olvidado. El hombre siempre está bien, no se les presta atención a la panza, al vello, la calvicie, la barba desprolija, en ellos no interesa, pero en la mujer los detalles se castigan. Quizás ya no se ven imágenes de “chistes” tan seguido, pero aún se pueden escuchar en algunas mesas familiares en las que la naturalización de la humillación femenina sigue vigente.
Es triste que nuestros derechos aún cuesten ser reconocidos, que el respeto por las mujeres se siga cuestionado y que tengamos que seguir lidiando con comentarios machistas como los mencionados. Como menciona Ullmann en su libro:
“Ser mujer es tener las mismas necesidades y deseos que un hombre. Nosotras necesitamos recibir amor y deseamos darlo. Si pudiéramos aceptar el hecho de que no hay diferencia entre nosotros en lo que refiere a los valores humanos. Sea cual sea el sexo de la persona, sea como sea la vida que hemos escogido vivir”
Que tengan buena tarde lectores! Los leo en nuestro Instagram @elbuholiterario
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